
Miles de personas se dan cita estos días en la E3, la feria más importante del apasionante mundo de los videojuegos. Un evento que dura tres días y que el alcalde de Los Ángeles, Eric Garcetti, no ha dudado en compararlo con albergar los Juegos Olímpicos “cada año”. “Los Ángeles no es sólo la capital mundial del entretenimiento. También somos la capital mundial del entretenimiento electrónico y no hay ningún lugar en la Tierra que se acerque. Es un lugar lógico para que los innovadores de todos el mundo se reúnan con los jugadores más entusiastas y talentosos”, explicó durante la inauguración.
Ser el primero en probar Super Mario Odyssey, Call Of Duty WWII o Assassin’s Creed Origins, fue uno de los motivos por los que cientos de personas hicieron cola sin pensárselo dos veces. En algunas ocasiones, colas de varias horas que, por primera vez, pudieron hacer los aficionados, y no sólo los expertos del sector, gracias a que al fin han abierto este certamen para el público en general. En total, se vendieron 15.000 entradas a un precio de entre 150 y 250 dólares, a los aficionados.
La E3, sin embargo, sigue teniendo sobre todo un carácter profesional. Eso sí, no sólo se puede encontrar en ella a los gigantes Microsoft o Nintendo, sino que también brinda una oportunidad para pequeños desarrolladores o compañías independientes que tratan de darse a conocer en este mundo que el año pasado generó casi 90 millones de euros en todo el mundo.